La hipertensión arterial es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento de la presión arterial, siendo mayor de 140 mmHg la sistólica y 85 mmHg la diastólica. Puede producir insuficiencia cardiaca y como factores de riesgo aterosclerosis y hemorragia cerebral.
En cuanto a su epidemiología los datos nos dicen que un 50% de la población que la sufre es mayor de 50 años. Dentro de los factores que influyen encontramos el sexo, la raza, la edad, herencia, momento del día y el estrés.
Dentro de su clasificación, podemos dividirla en hipertensión primaria (sin causa aparente, 90% de los casos) e hipertensión secundaria (nefropatías, trastornos suprarrenales, endocrinopatías, trastornos cardiovasculares, fármacos, embarazo).
En el mundo, causa la muerte de 7,5 millones de personas (12,8%) y concretamente en España, destacamos que de los jóvenes mayores de 18 años (un 35% son hipertensos y un 65% sanos), adultos (un 40% hipertensos y un 60% sanos) y en las personas mayores de 60 años (un 68% hipertensos y un 32% sanos).
Patología y clínica
Dentro de su patología encontramos dos tipos. La hipertensión benigna, caracterizada por el engrosamiento de la capa media, de la elástica interna y de la íntima. Hay depósitos hialinos en las paredes arteriolares, se reduce la luz (isquemia), se aumenta la rigidez y aumenta la fragilidad (hemorragia). Por otro lado, la hipertensión maligna, caracterizada por una presión diastólica superior a 120 mmHg, necrosis de la media, fibrina en la media, engrosamiento fibroso de la íntima, trombosis intravascular (necrosis tisular) y la afectación a retina y riñones.
Respecto a su clínica, la mayoría de las personas que acuden a consulta no presentan sintomatología. Sin embargo, los pacientes que refieren síntomas cursan con cefalea occipital matutina, mareos, fatiga, palpitaciones, impotencia, hematuria o angina de pecho.
Evaluación salud/ejercicio
Es importante hacer un diagnóstico médico en el que se realice análisis de sangre y orina, electrocardiograma, radiografía de tórax, examen de cuello, ritmos y soplos y pulsos arteriales de miembros inferiores.
Consideraciones especiales:
- Hipertensión arterial incontrolada: entrenamiento de ejercicio como tratamiento. Medicación antihipertensiva oportuna.
- Enfermedad cerebrovascular: inicio de intensidad vigorosa. Considerar los centros de rehabilitación.
- Pacientes isquémicos: intensidad por debajo del umbral (10 latidos x minuto).
- Hipertenso: sobrepeso u obesidad. Prescripción de ejercicio: incremento del gasto calórico + reducción toma de calorías: disminuye la presión.
- B-bloqueantes: aumenta predisposición a la hipoglicemia. Importante la educación al paciente.
- Extender y monitorizar cuidadosamente el periodo de enfriamiento.
- Evitar maniobra de Valsalva: entrenamiento de resistencia.
Recomendaciones especiales:
- Control del peso.
- Medicamentos efectivos en el tratamiento de la hipertensión arterial.
- Disminución en la toma de sodio.
- Moderar el consumo de alcohol.
- Alimentación.
- Dejar de fumar.
Recomendaciones respecto el ejercicio:
- Aeróbico y fuerza:
- Frecuencia: ejercicio aeróbico moderado, preferiblemente todos los días de la semana. Ejercicio de fuerza 2-3 días a la semana.
- Intensidad: ejercicio aeróbico. Leve-moderada (40% < 60% VO2 R). Entrenamiento de fuerza: 60%-80% 1-RM.
- Tiempo: 30-60 minutos de ejercicio aeróbico continuo o intermitente (tiempos de 10 minutos, total de 30 a 60 minutos al día). Entrenamiento de fuerza: 8-12 repeticiones.
Progresión del ejercicio y tratamiento de fisioterapia
La progresión tiene que ser graduada. Es muy importante que el fisioterapeuta monitorice al paciente y mantenga los niveles de presión arterial adecuados. Después de llevar a cabo una evaluación y gestión médica, los pacientes deben comenzar con intensidades leves y progresivamente a moderadas.
Tratamiento de fisioterapia
Diversos estudios han demostrado que el tratamiento más eficaz para estos pacientes es aquel en el que se combina ejercicio aeróbico y ejercicio de fuerza.
- Ejercicio aeróbico (preferiblemente todos los días de la semana).
- Caminar: 3-4 veces por semana con intensidad moderada. Duración: 3 series de 10 minutos.
- Subir escaleras: 2-3 veces por semana con intensidad moderada. Duración: 3 series de 6 minutos.
- Trote: continuo con intensidad moderada (3-6 METs). Duración de 15 a 20 minutos.
- Bicicleta: 2-3 veces por semana con intensidad moderada (3-6 METs). Duración de 15 a 20 minutos.
- Ejercicio de fuerza:
- Utilizando máquinas de peso o sin peso.
- 2-3 días por semana.
- 8-10 ejercicios distintos centrados en grandes grupos musculares.
En conclusión la práctica del ejercicio terapéutico retrasa el desarrollo de la hipertensión arterial y disminuir los valores en individuos que ya la padecen. Por otra parte el ejercicio aeróbico evita el aumento de los niveles de presión arterial. Por todo ello, es importante realizar ejercicio terapéutico como medida preventiva para disminuir la incidencia de hipertensión arterial en la población.
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