En los últimos años, la fisioterapia ha dejado de ser vista únicamente como una solución cuando ya hay dolor o lesión. Hoy, se valora cada vez más como una herramienta activa y preventiva, especialmente en mujeres, que presentan particularidades anatómicas, hormonales y funcionales que las hacen más propensas a ciertas dolencias.
En un centro como Physos, donde el 90 % del público es femenino, lo comprobamos cada día: muchas molestias y lesiones recurrentes se podrían evitar si educamos al cuerpo para moverse mejor, con más conciencia y más fuerza en las zonas clave.
¿Por qué las mujeres son más propensas a ciertas lesiones?
Nuestro cuerpo es diferente, y eso influye. Por ejemplo:
El ángulo Q (la inclinación natural entre cadera y rodilla) es más acentuado en mujeres, lo que puede generar mayor presión en ciertas articulaciones.
Durante ciertas fases del ciclo menstrual, especialmente en la ovulación, se produce una mayor laxitud ligamentosa, lo que puede aumentar el riesgo de esguinces o roturas.
La fuerza muscular, sobre todo en la zona de la cadera y el core, suele ser más débil si no se trabaja de forma específica.
El suelo pélvico es una estructura que pocas veces se entrena de forma consciente, y sin embargo es fundamental para la estabilidad del tronco y para evitar molestias como la incontinencia o el dolor lumbar.
Por todo ello, las lesiones más comunes en mujeres activas son:
Rotura del ligamento cruzado anterior (LCA), muy frecuente en deportes de impacto o con cambios de dirección.
Dolor femoropatelar, por sobrecarga o mala alineación de rodilla.
Tendinopatía glútea y sobrecargas en la cadera.
Lesiones de tobillo, debido a la hiperlaxitud articular.
Disfunciones del suelo pélvico, incluso sin embarazo previo.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia preventiva?
La fisioterapia preventiva se basa en evaluar el cuerpo antes de que aparezca el problema. Un estudio del movimiento, un análisis de la postura, un test de fuerza y control motor… Todo esto permite detectar desequilibrios que pueden convertirse en una lesión con el tiempo.
En Physos trabajamos con:
Valoraciones personalizadas, para identificar zonas de riesgo.
Ejercicios de control motor, que enseñan al cuerpo a moverse de forma más eficiente.
Fortalecimiento específico del core, glúteos y suelo pélvico, adaptado al ciclo menstrual o etapa vital.
Educación postural en la vida diaria y en la práctica deportiva.
Terapia manual y técnicas de liberación, para liberar tensiones y mejorar la movilidad.
Además, nos apoyamos en herramientas como el biofeedback, test de estabilidad lumbopélvica o trabajo funcional con bandas, poleas y materiales adaptados a cada nivel.
Fisioterapia como parte de tu autocuidado
Cada vez más mujeres entienden que cuidar su cuerpo no es solo tratarlo cuando duele, sino mantenerlo fuerte, ágil y en equilibrio. Invertir en prevención es una forma de respetar tus límites, de moverte con confianza y de disfrutar más de todo lo que haces, desde una clase de yoga hasta correr detrás de tus hijos.
No hace falta ser atleta para necesitar fisioterapia preventiva: cualquier mujer que quiera moverse con seguridad y sentirse bien en su cuerpo puede beneficiarse de este enfoque.
En Physos trabajamos desde una visión integradora del cuerpo femenino. Sabemos que la prevención es salud, y la salud es libertad. Si quieres mejorar tu forma de moverte, evitar lesiones o simplemente sentirte más fuerte desde dentro, puedes empezar hoy. Estamos aquí para acompañarte.
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