Fisioterapia oncológica: cómo el ejercicio terapéutico mejora la calidad de vida en pacientes con cáncer

La fisioterapia está dejando de verse como un tratamiento exclusivamente rehabilitador para convertirse en una herramienta activa en el cuidado de la salud. En Salamanca, esta transformación se hace especialmente visible a través del programa desarrollado por la Universidad de Salamanca y el grupo MOVE-IT, que ha logrado mejorar la calidad de vida de más de 140 personas con diagnóstico oncológico en los últimos meses.

El proyecto, llamado «Onco-Active», integra la fisioterapia y el ejercicio terapéutico personalizado como parte del tratamiento de pacientes con diferentes tipos de cáncer. El enfoque es claro: no se trata solo de sobrevivir, sino de vivir mejor. El ejercicio adaptado se convierte así en una intervención eficaz para recuperar la autonomía, reducir la fatiga, prevenir el linfedema, mejorar la postura, fortalecer el sistema inmunológico y, sobre todo, acompañar emocionalmente a quienes atraviesan procesos tan duros como la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía.

Cada paciente es evaluado de forma individual por un equipo multidisciplinar, que diseña un plan específico teniendo en cuenta su estado físico, tipo de tratamiento, posibles secuelas y objetivos personales. Las sesiones incluyen trabajo de movilidad, ejercicios de fuerza y resistencia, control postural, técnicas respiratorias y educación terapéutica. El resultado no es solo una mejora física evidente, sino también un impacto positivo en el estado de ánimo, la confianza y el vínculo con el propio cuerpo.

El éxito del programa también se basa en su versatilidad. Las personas pueden elegir entre acudir al espacio físico habilitado en Salamanca o seguir sus sesiones a distancia, con un seguimiento continuo y apoyo por parte del equipo profesional. Esto permite que los beneficios del tratamiento lleguen también a quienes viven en entornos rurales o tienen dificultad para desplazarse.

Este modelo, basado en la evidencia científica y en una visión más humana de la fisioterapia, está marcando un antes y un después en la forma de abordar el cáncer desde un enfoque no farmacológico. La clave está en devolver a las personas su capacidad de moverse con seguridad, con autonomía y sin dolor.

En Physos, aunque no desarrollamos programas específicos para procesos oncológicos, sí compartimos profundamente esta visión: la fisioterapia no debe esperar a la lesión, sino formar parte activa del bienestar. En nuestro centro acompañamos a muchas mujeres en etapas de especial vulnerabilidad como el embarazo, el posparto o la menopausia, y lo hacemos desde un enfoque basado en el ejercicio consciente, la escucha al cuerpo y la recuperación funcional.

Creemos en una fisioterapia que empodera, que acompaña sin invadir, que se adapta a cada cuerpo y a cada historia. Por eso celebramos y compartimos iniciativas como esta. Porque el movimiento, cuando está guiado con sentido, puede ser la mejor medicina.

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